1. RESIDUOS DE CICLO ABIERTO: NI RECICLABLES, NI REUTILIZABLES

La mayoría de los ciclos de los materiales que se procesan en la construcción convencional son abiertos, es decir, que los residuos resultantes no pueden aprovecharse, depositándose en el medio y creando un impacto enorme en el medio ambiente.

De hecho, las actividades de demolición y construcción edificatorias son las causantes del 35% de los residuos generados y el 20% de la contaminación de las aguas del planeta. El Instituto Nacional de Estadística recoge que, en el año 2015, el total de residuos generados en este sector superó las 36.046.488 toneladas (2), 150 veces más que los generados en el sector del vehículo, por ejemplo. Actualmente, el 54% de los residuos de construcción y demolición en Europa que se dirigen al vertedero, no son reciclables ni reutilizables de ninguna manera.

Se estima que, para el año 2060, se construirá lo equivalente a la ciudad de París en todo el mundo, con un crecimiento del consumo del material a nivel mundial de alrededor de 90 mil millones de toneladas para 2050.(3)

2. LÍDERES EN EMISIONES DE CO2

Casi el 40% de las emisiones de CO2 también corresponde a las actividades derivadas de la construcción a lo largo de todas sus fases: producción, construcción, uso y posterior demolición. Sólo el sector cementero, es el responsable de alrededor del 5% de estas emisiones. Cada tonelada de cemento en su fabricación, emite una tonelada de CO2 a la atmósfera. El transporte de los materiales al lugar constituye un 6-8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

3. CONSTRUYENDO HÁBITATS TÓXICOS

Según la Organización Mundial de la Salud, más de un 15% de la población mundial presenta síntomas derivados de los hábitats tóxicos de la construcción convencional.

Los espacios que habitamos están contaminados por radiaciones provenientes de campos eléctricos y magnéticos provenientes de las instalaciones de antenas de telecomunicaciones, la infraestructura eléctrica de transporte y de consumo.

La calidad de aire interior no es la adecuada, debido a que muchos de los materiales empleados actualmente no transpiran y cuentan con productos tóxicos en su composición. De esta manera, encontramos contaminación biológica, dada por la proliferación de hongos y levaduras, por el déficit de ventilación adecuada, humedades descompensadas, defectos de aislamiento y puentes térmicos. Si quieres más información sobre estas cuestiones, lee nuestro post (enlace salud y confort)

La mayoría de los materiales empleados actualmente en la construcción son artificiales. Provienen de la industria petroquímica o, aunque en su composición cuenten con materiales naturales, se les aplica un tratamiento que modifica sus propiedades y les añade sustancias tóxicas, lo que provoca contaminación química en los espacios que habitamos.

Como los compuestos orgánicos volátiles (COVs), sustancias químicas que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura.

Están presentes en disolventes, pinturas y barnices; en mobiliario y elementos constructivos, y decorativos, y aparatos eléctricos; los encontramos también en productos provenientes de la industria siderúrgica y maderera; y pueden provocar daños directos sobre nuestra salud, provocando daños respiratorios y que pueden entrar también a través de la piel, provocando irritación de ojos y garganta, mareos, dificultad de concentración, pudiendo provocar incluso daños renales, al hígado o al sistema nervioso central o efectos cancerígenos, como el benceno. (4)

(Por último, es importante destacar la alta actividad dedicada a los procesos constructivos dedicados a la reforma y rehabilitación del patrimonio edificado existente en España. Como se ha comentado anteriormente, en el año 2020 en España, más de la mitad de los visados tramitados en el sector de obras de edificación, correspondieron a proyectos de reforma y rehabilitación.)

EL ALTO CONSUMO ENERGÉTICO DEL PATRIMONIO CONSTRUIDO

En el sector de la construcción no son únicamente los procesos de obra nueva los que impactan en el medio ambiente. El 40% del consumo total de energía en la UE corresponde a los edificios ya construidos. (5)

De la superficie construida del parque inmobiliario en España, un 77% se corresponde con el uso residencial (6,ERESEE 2020, Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana), de las cuales más de la mitad tienen deficiencias graves en cuanto a su eficiencia energética y salubridad. Es, por tanto, un reto inminente para España actuar de forma generalizada e intensiva sobre el parque construido. Los entornos urbanos son muy relevantes, no sólo en el mundo de la arquitectura y el urbanismo, sino también para la parte económico, social y política de nuestras sociedades.

Teniendo en cuenta las problemáticas actuales, sumadas a las exigencias de cambio derivadas de la crisis climática del planeta, se torna urgente e irrevocable la regeneración de los entornos urbanos desde una perspectiva que busque el equilibrio entre naturaleza, salud y entorno construido.


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